Y es cuando llegan mis ganas insaciables de tumbarme un día entero en pantalones cortos y sin camiseta en un parque, al sol, achicharrarme si hace falta. Limpiar mi alma, teñir mi piel. Hacer que mis ojos parezcan más verdes que nunca, mi pelo más negro... y tu sonrisa más resplandeciente que cualquiera de los rayos que se dejan caer por el césped. Más que cualquiera. Oler a verano, a flores, a playa y crema. A mar... a sal y un poquito (sólo un poco) a ti.
Dejarme los ojos mirando las nubes para finalmente descubrir que son tan abstractas y cambiantes como podemos llegar a serlo nosotros... ¿o era yo el único que enloquecía intentando darte forma? Mantén ese misterio...queda mucho sol por delante.
Ojala algun dia pueda escribir sintiendome asi.
ResponderEliminarNo dejes escapar aquello que te ata a la felicidad, te lo mereces, te merece.
Huélele son un poquito, pero que nunca se te olvide su arona.