lunes, 15 de agosto de 2011

Indolencia.

Y es cuando llegan mis ganas insaciables de tumbarme un día entero en pantalones cortos y sin camiseta en un parque, al sol, achicharrarme si hace falta. Limpiar mi alma, teñir mi piel. Hacer que mis ojos parezcan más verdes que nunca, mi pelo más negro... y tu sonrisa más resplandeciente que cualquiera de los rayos que se dejan caer por el césped. Más que cualquiera. Oler a verano, a flores, a playa y crema. A mar... a sal y un poquito (sólo un poco) a ti.

Dejarme los ojos mirando las nubes para finalmente descubrir que son tan abstractas y cambiantes como podemos llegar a serlo nosotros... ¿o era yo el único que enloquecía intentando darte forma? Mantén ese misterio...queda mucho sol por delante.

1 comentario:

  1. Ojala algun dia pueda escribir sintiendome asi.
    No dejes escapar aquello que te ata a la felicidad, te lo mereces, te merece.

    Huélele son un poquito, pero que nunca se te olvide su arona.

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