martes, 17 de julio de 2012
Enyorança.
La imposibilidad de expresar este sentimiento de amor-impotencia proyecta en mi mente un cúmulo de sensaciones (tanto explosivas como nocivas) que me lleva a recordar el ayer; en el que escondíamos los "te quiero" y frenábamos lo innegable.
martes, 19 de junio de 2012
Idĕam.
No es tan difícil ni enredoso buscar la manera de que una persona seria, cuerda, organizada y sensata termine perdiendo los cabales, las maneras, las formas, los principios, el norte y el sur; termine poniendo su propio pellejo al límite, en la boca del lobo.
No resulta tan inverosímil la idea de agarrar un día una mochila e irme a que me recuerden por ahí todo lo que un día quise controlar y nunca pude. Cuesta más admitir todas las veces que puede llegar a escaparse de nuestras manos.
Fulgōrem.
Me dio por escucharlo, por pararme, darle al standby, y atender a toda aquella verborrea que, en parte, me parecía absurda. No supe si fue por el calor sofocante que hacía, por lo mal que había dormido o por el sabor tan sospechosamente amargo del café; dentro de mi hipnosis particular, creí tener algo de cordura.
Mejor no haberlo hecho, en mala hora se me ocurrió aquello. Un día que solo invitaba a ir a la playa. Silencio en todos los rincones de la calle, y yo tuve que elegirlo para meditar. Y tanto que parecía haber dicho: habló, habló, vaya si habló.
Resultó ser mi aburrido corazón. Resultó estar harto de no haber sido escuchado nunca en sus diecisiete años de vida. Resultó estar enfadadísimo, y resultó ser menos necio de lo que yo creí ser. Resultó ser el único que había intentado hablarme, resulté no ser merecedor de él. Resulté ser su maltratador personal y resulté ser un homicida. Resulté estar peor de lo que imaginaba, pero más vivo que nunca. Resultó ser el momento idóneo para dejarme de malas noches y pasar a tener los mejores días.
El calor me hizo delirar, posiblemente.
domingo, 10 de junio de 2012
ἰῶτα.
Siempre que todos y cada uno de mis escritos reflejen tu mirada y perfumen el aire de mi habitación; siempre que tus besos me dejen sin aliento y respiración; siempre que me sienta completamente protegido entre tus brazos; siempre que el contacto de nuestros cuerpos me produzca un curioso y positivo placer; siempre que seas capaz de aparecer en todos mis sueños; siempre que el sentir de tu mirada me hipnotice; siempre que ocupes en mi cabeza tres de los cuatro cuartos del día; siempre que me duela haberme perdido una de tus miradas de reojo; siempre que el simple hecho de imaginar tu ausencia a mi lado cause en mí el mismo dolor que un navajazo en el estómago; siempre que absolutamente todo lo que me rodea me recuerde a ti; siempre que te reflejes en mi mirada; siempre que me hagas creer en el amor; siempre, te querré.
Y bienvenido sea.
Y bienvenido sea.
Chimaera.
¿Sabes qué? No me creo ninguna de las patrañas que me escupes. Me parece completamente inverosímil la idea de que exista un sentimiento tan fuerte y verdadero como el que me intentas hacer ver. No me creo que yo sea el destinatario de tan intenso cariño y afecto que se resume en el supuesto (e hipotético) amor.
¿Que qué es lo que creo? Se te ha ido totalmente la pinza. Dicho sentimiento solo puede ser fruto de la locura y de la ilusión que me intentas transmitir y contagiar. ¡Esto no es ningún juego! Todos podríamos salir perjudicados y heridos.
Ahora bien, dame razones y actos que demuestren la verdad que se esconde detrás de tus insignificantes y mordaces palabras. Éstas se las lleva el viento, ¿no es así?
Y por qué no, ¡sal a la calle en bolas pregonando a los cuatro vientos que me amas (hasta que tu voz se desgarre por completo sufriendo la ira de la afonía)!
Hasta entonces, no me quieres.
¿Que qué es lo que creo? Se te ha ido totalmente la pinza. Dicho sentimiento solo puede ser fruto de la locura y de la ilusión que me intentas transmitir y contagiar. ¡Esto no es ningún juego! Todos podríamos salir perjudicados y heridos.
Ahora bien, dame razones y actos que demuestren la verdad que se esconde detrás de tus insignificantes y mordaces palabras. Éstas se las lleva el viento, ¿no es así?
Y por qué no, ¡sal a la calle en bolas pregonando a los cuatro vientos que me amas (hasta que tu voz se desgarre por completo sufriendo la ira de la afonía)!
Hasta entonces, no me quieres.
Odĭum.
Tengo un puñado de sueños rotos unido a tus ansiosas ganas de irte de mi lado que culminan con un horroroso dolor que me oprime fuertemente el pecho, y que a su vez, termina con una vertiginosa y aplastante caída de mi orgullo. Ésta, a la vez, fuerza la pérdida absoluta de la estima por la que alguna vez sudé y luché y que nunca volveré a ver.
lunes, 23 de abril de 2012
Iōta.
Bendito encontronazo. Benditos caprichos que nunca llegamos a comprender; pero fuimos impulsados a seguir; sin leones, ni dragones, ni cocodrilos que protegieran nuestros fuertes; de estas veces que lo apuestas todo o nada, y jamás estarás más agradecido de haberlo hecho.
Sanctus.
Cuando el coste adicional por la pérdida no puede ser mayor, y buscar la panacea es casi obsesivo, se convierte en mantenerse en primera línea de fuego ante una absurda batalla ficticia.
jueves, 15 de marzo de 2012
Perfectum.
Fuego en sus venas que contraatacaba constantemente a un corazón helado hace ya tiempo. Llegó un ser insignificante, totalmente opuesto a todo lo que él viste, come, piensa, habla, siente, necesita, espera; pero resultó ser la única persona capaz de hacer que todo aquello encajara con él a la perfección.
miércoles, 14 de marzo de 2012
Veni, vidi, non vici.
Podríamos perder la cabeza con toda la facilidad del mundo por un buen helado, por bañarnos en el mar de noche vestidos o por esa persona de ojos verdes que un día te guiñó un ojo... Pero no importa, olvidémoslo, o simplemente salgamos a buscar eso. Un guiño de ojos, un flirteo o el beso de nuestras vidas. Decididamente, me quedo con lo que tengo ahora. ¿Que tú decides ser X? Estupendo, seré Y. Prometo, así, seguir siendo tan rematadamente incomprensible hasta el resto de nuestros días... o simplemente hasta que recuperemos la cordura.
No sé si tendrá un final de cuentitos de hadas, así que procuraré que el transcurso sea el mejor de todos.
No sé si tendrá un final de cuentitos de hadas, así que procuraré que el transcurso sea el mejor de todos.
lunes, 20 de febrero de 2012
¿Algo más?
Es difícil no concentrarme en lo impensable. Vale, supongamos por una milésima de segundo que esa prohibición es tu persona. Tengamos en cuenta también que una media de cinco de cada diez minutos me los paso convenciéndome (que no autoengañándome) a mí mismo, y que no ha sido ninguna foto lo que me ha llevado a este recuerdo, solo la lluvia que cae. Es un día bastante frío y hostil, las calles están inhóspitas... algo me dice que mi mente también.
¿Sabías que tienes una sonrisa horrible? Es cruel. Despiadada. Puedo incluso afirmar que es la mayor manipuladora del planeta tierra. Juega sucio, siempre hace que me rinda... y termine deseando no haberme puesto en su contra. De estas veces en las que dices... mierda, me ha pillado. Y ahora ni Dios va a borrarme esta cara de imbécil. ¿Lo peor? No sentirme mal después, condicionarlo todo de manera que volverá a ser así mil y una veces. Todas las que llueva, truene... malditos días de lluvia de verano. Nunca traéis nada bueno.
viernes, 17 de febrero de 2012
Sortem, amicus.
Cuando
se trata de conseguir(te) apuesto que en el fondo, existen razones de sobra
para morir en el intento -si hiciera falta-, con todas las de ganar o perder, a
pesar de la ceguera que pueden causar mil y una excusas absurdas o algún día
lluvioso que otro… de estos en los que uno parece no haberse levantado con buen
pie para remover cielo y tierra.
Intendere.
Ni
el cómo, ni el cuándo, ni el porqué, ni la causa ni el efecto, ni el '¿Y
si...?', ni el principio ni muchísimo menos, el final. Dar en el clavo.
Finalmente, todo se reduce a eso. Y al cuerno con todo miedo absurdo a perder
la compostura ante la más mínima señal de tu presencia.
domingo, 8 de enero de 2012
Respect.
El día en el que no se le señale a un negro por su color de piel.
El día en el que un homosexual pueda gritar su condición sexual sin ser linchado.
El día en el que millones de mujeres y hombres no sean menospreciados.
El día en el que los prejuicios sean un vago recuerdo.
Ese día, me iré feliz a la cama. Hasta entonces, ¡a cambiar el mundo y a luchar por el derecho, la libertad y el respeto!
viernes, 21 de octubre de 2011
Facere.
Hola, viejo amigo. Me gustaría que me escucharas, por una vez en tu vida. Eres tú el que manda, yo solo soy una simple consejera. Tranquilo, no tocaré demasiado, tampoco tardaré; ven, siéntate y abre bien los oídos.
Has hecho muy bien; eso de no juzgar sin conocer. Es lo mejor que has podido hacer, excelente. Aun así, hueles tanto a respeto e igualdad, que apestas. Pero te has mantenido firme y constante, magnífico.
Has hecho muy bien; eso de no juzgar sin conocer. Es lo mejor que has podido hacer, excelente. Aun así, hueles tanto a respeto e igualdad, que apestas. Pero te has mantenido firme y constante, magnífico.
¿Te has hecho eco de lo que se rumorea sobre ti: eso por lo que luchaste a capa y espada sin ningún resultado, que siempre te ha inquietado, hasta tal punto, que un día perdiste la cordura? Exacto, nada.
Y si por algún casual, eso que te hace grande, ¿deja de hacerlo? Deberías empezar a pensar en no pensar. Paradójico, ¿verdad? Tienes que disfrutar de cada segundo que la vida te ofrece y regala. Debes liberar a tu mente, a tus cinco, seis, siete u ocho sentidos y experimentar todas esas sensaciones que la irritabilidad forastera y tu interminable paciencia han impedido.
Y si sientes que algo te cohíbe, te coarta, o incluso te impide alcanzar tus propias metas, deshazte de él. Por mucho que te cueste. Todo es por tu bien, Mikel. Aunque suene egoísta, aunque suene ambicioso, hazlo. No dejes que nada te frene; no obstante, no corras, tranquilo. Todo llega, y si no, es porque no debe llegar.
Son muchos los que están en tu mismo lado del precipicio, y que a pesar de su fuerte deseo por alcanzar el otro lado, caen al vacío convirtiéndose en olvido, en nada. Confío en que tú no lo harás, no fracasarás; de hecho, confío en tu triunfo. Debes darlo todo, y a la vez, nada.
No es ninguna reprimenda, ni siquiera es un consejo. Como bien sabes, las palabras se las lleva el viento, así que pasa a la acción, demuéstrame todo lo que te he enseñado y lo que siempre has sido. Lucha, sin cesar. Nunca te abandonaré. Puede que, hasta ahora, nunca me hayas percibido. Quizá tampoco sepas dónde estoy. Soy yo, tu intangible amiga, Alma.
Carpe diem, Mikel, ahora más que nunca.
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