Sortem, amicus.
Cuando
se trata de conseguir(te) apuesto que en el fondo, existen razones de sobra
para morir en el intento -si hiciera falta-, con todas las de ganar o perder, a
pesar de la ceguera que pueden causar mil y una excusas absurdas o algún día
lluvioso que otro… de estos en los que uno parece no haberse levantado con buen
pie para remover cielo y tierra.
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